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Por qué la colorimetría profesional no puede reducirse a un test por foto y cómo descubrir realmente tus colores

  • Foto del escritor: Código Estilo por Xisca Bosch
    Código Estilo por Xisca Bosch
  • 10 dic
  • 4 Min. de lectura
Sesión presencial de colorimetría con una asesora colocando un pañuelo bajo el rostro para observar la reacción de la piel.
El análisis presencial permite ver en directo cómo cada color afecta a la luz y expresión del rostro.

Los test de colorimetría que se han puesto de moda en redes sociales prometen descubrir tu paleta personal con una sola foto. Parecen inofensivos, pero reducen hasta lo absurdo un trabajo que exige formación, observación, técnica y una sensibilidad profesional que solo se adquiere con experiencia. Como asesora de imagen y docente que trabaja tanto con hombres como con mujeres, me parecía necesario aclarar con calma dónde está la diferencia entre un análisis serio y ciertas ocurrencias digitales que, aunque entretienen, no ayudan a comprender el color.



En los últimos meses he visto proliferar estas pruebas que, con solo enviar una fotografía, aseguran identificar tu estación cromática. Y aunque a primera vista parezcan una moda divertida, lo cierto es que me he sentido casi en la obligación de escribir este artículo. No para criticar a nadie, sino para explicar con respeto qué aporta realmente un estudio profesional y por qué esos atajos virales no pueden sustituir lo que ocurre frente al espejo, con luz real y con una persona experta observando.


La colorimetría profesional presencial: el análisis real y completo

Asesora de imagen seleccionando pañuelos cromáticos en una sesión profesional de colorimetría con luz natural.
La observación directa con pañuelos ofrece precisión real: así se realiza una colorimetría profesional.

La colorimetría presencial es un proceso minucioso que analiza cómo influyen los colores en la luz del rostro, en la expresión y en la armonía general. Durante la sesión utilizamos más de cien pañuelos cromáticos que se colocan bajo el rostro, siempre con luz natural y sin filtros. Esto permite observar en tiempo real si las líneas se suavizan o se endurecen, si la piel gana vitalidad o se apaga, si la mirada se abre o pierde intensidad.


Cada color transmite algo distinto: elegancia, cercanía, sofisticación, energía o serenidad. El objetivo nunca es eliminar tonos, sino descubrir cuáles potencian tu belleza natural y cuáles te ayudan a comunicar lo que deseas proyectar. Por eso el análisis presencial continúa siendo, sin ninguna duda, el método más preciso, útil y profesional.


La teoría estacional: una orientación, no una sentencia

Paleta cromática primavera utilizada en análisis de colorimetría profesional para identificar tonos cálidos, luminosos y armónicos
Paleta primavera: una guía orientativa dentro del análisis profesional del color.

La teoría del color estacional —primavera, verano, otoño e invierno— es una herramienta orientativa que ayuda a identificar si la piel responde mejor a matices cálidos o fríos, claros u oscuros. Es un punto de partida muy válido, pero solo eso: un inicio. La realidad es que dentro de una misma estación puede haber colores que sienten maravillosamente bien y otros que no encajen tanto.

Siempre explico que el color no es una norma rígida, sino una herramienta viva que se adapta a cada persona. Por eso un análisis profesional siempre matiza la teoría estacional y la lleva a un terreno más humano, real y práctico.


Los test de color online: el espejismo digital

Ejemplo de test digital de colorimetría que rodea el rostro con bloques planos de color, una técnica imprecisa que no sustituye al análisis profesional.
Los test digitales parecen prácticos, pero no muestran cómo reacciona realmente la piel ante la luz y el color.

Y luego están los tristemente virales test online basados en fotografías. Programas automáticos, filtros que “analizan” la piel o plantillas de colores superpuestas alrededor del rostro. Son rápidos, económicos y muy compartibles… pero precisamente son económicos porque no funcionan.

No tienen validez técnica por razones evidentes:

  • la luz de la fotografía altera completamente los tonos reales de la piel,

  • cada cámara y cada pantalla interpreta el color a su manera,

  • una imagen estática no muestra reacciones del rostro,

  • no existe interacción entre color, textura y volumen,

  • y, sobre todo, no hay una mirada experta interpretando lo que ocurre.

El resultado puede parecer curioso, pero no aporta información real. Por eso quienes los venden suelen “explicar” al cliente lo que supuestamente está pasando, aunque la persona no vea absolutamente nada. La imagen es plana, sin matices, sin luz y sin vida. Y conviene decirlo claramente: no tienes ningún problema de percepción. Eres perfectamente capaz de ver qué colores te favorecen cuando estás frente al espejo. Lo demás son distracciones digitales.

Quienes se compran uno de estos “marcos cromáticos” para hacerse la prueba en casa se encuentran, sin querer, en una escena un tanto cómica: colocar el rostro en el centro y rodearlo de bloques de color planos… como si todas las personas lleváramos un rebosillo mallorquín del siglo XVIII enmarcando la cara. Solo que nadie viste así hoy, ni el color se observa de ese modo.

Evaluar un rostro real rodeándolo de bloques digitales sin luz ni volumen no tiene ningún sentido. Pretender hacer colorimetría con una foto estática o con un “rebosillo cromático” es, dicho con todo el respeto, como intentar explicarle a una hormiga qué colores le favorecen: no percibe la luz, ni el matiz, ni la emoción.

Y en colorimetría, precisamente, todo eso es imprescindible.

Rostro enmarcado por bloques digitales cálidos que ilustran la falta de precisión de los test de color por fotografía.
Los filtros digitales simplifican en exceso la lectura del color y generan resultados poco fiables.

El color es un lenguaje que se vive, no que se adivina por software. Descubrir tus tonos ideales es un proceso personal y revelador, tanto para hombres como para mujeres, que requiere técnica, sensibilidad y un acompañamiento experto. Si deseas conocer tu paleta real y aprender a utilizarla para comunicar tu mejor versión, estaré encantada de guiarte en una sesión profesional de colorimetría presencial u online (siempre con método, no con atajos digitales).


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